cabecero4

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lunes, 7 de enero de 2013

Ultraizquierdistas rabiosos



Para quien no lo sepa, ayer hubo un cierto enfrentamiento en Twitter, entre Alberto Garzón (diputado de IU) y Pablo Hasel (rapero con un mensaje revolucionario). El primero dijo que las letras de las canciones del segundo estaban llenas de tópicos y violencia gratuita. El segundo reaccionó atacando tanto al propio Alberto Garzón como a IU, llamándolos traidores al pueblo, lameculos y socialdemócratas. Detrás de él otros muchos aprovecharon para hacer lo mismo.

Yo aprovecho para opinar sobre la utilidad de atacar constantemente a la socialdemocracia como si fuera el enemigo. Como comunista rechazo el reformismo como método para alcanzar la sociedad sin clases. Pero, también como tal, he de ser consciente de la realidad en la que vivo y actuar en consecuencia.

Hace falta regresar al debate “Reforma o Revolución”, título de la conocida obra de Rosa Luxemburgo. Esta mujer defendía la revolución como único medio para lograr la sociedad sin clases, y argumentaba sobre la imposibilidad de conseguirlo a través de reformas democráticas, ya fueran conseguidas por partidos socialdemócratas o mediante la lucha sindical. Según ella, estas reformas serían cambios superficiales, nunca podrían acabar con la estructura capitalista.

En una ocasión dijo que la lucha sindical era como El mito de Sísifo, aquel hombre condenado a subir una gran roca a la cima de una montaña para luego dejarla caer de nuevo hasta abajo, teniendo que bajar otra vez para recogerla y repetir eternamente esa absurda tarea.

Obviamente los dirigentes sindicales se cabrearon con ella y respondieron diciendo que su lucha no era absurda, y que gracias a ella se van consiguiendo mejoras notables para los trabajadores. Ella respondió que no quería decir que la lucha sindical fuera absurda, pero que tenía sus límites. Para ella, la lucha sindical y la tarea reformista tenían una utilidad, la de PONER EN EVIDENCIA AL SISTEMA CAPITALISTA, que no permite conseguir la emancipación de los trabajadores dentro de su legalidad.

Las políticas reformistas son por tanto útiles para que los trabajadores se den cuenta de los límites que éstas tienen, para que descubran que sólo mediante una revolución será posible abolir las clases. La reforma laboral del año pasado da la razón a R. Luxemburgo: las conquistas sociales logradas por los sindicatos a lo largo de décadas se fueron por el retrete. Es igualito a El mito de Sísifo, y debe servir para que nos demos cuenta de que la revolución es el único camino.

Ese es el enfoque que yo considero aplicable a la realidad española. Si ganase IU, creo yo que lo más probable es que ocurriera una de estas dos cosas:


-     Una reacción fascista: si IU hace lo que promete la burguesía se verá amenazada, y utilizará la fuerza para proteger sus intereses. Esta reacción sería casi una certeza, igualito que lo ocurrido con Franco y Pinochet, por ejemplo. Puede que no sea algo tan explícito como un golpe de estado, yo pienso que es más probable que nos pongan a un tecnócrata o algún otro tipo de supresión democrática. Si IU cancela parte de la deuda, es fácil que la coacción venga del poder Europeo.


-      Un PSOE-2: si IU sigue con la sumisión a la Troika, mostrándose incoherente con su discurso de izquierdas, la gente quedará decepcionada al no ver cambio fundamental ninguno.


En ambos casos, el resultado sería una pérdida de fe en la democracia parlamentaria. Mucha gente se pasará al grupo de los que pasan de la política, y otros tantos a la derecha, pero mucha otra gente verá en la revolución la única manera de lograr una sociedad hecha para los trabajadores. No ataquemos a la socialdemocracia, dejemos que ella misma demuestre a todo el mundo el fracaso que supone.

Este fracaso crearía hegemonía, seguramente en mucha mayor medida de la que se pueda conseguir votando en blanco o meternos en Twitter para insultarnos unos a los otros. Ir por ahí acusando a la gente de vendida, revisionista, títere del sistema, trotskista, etc. sólo crea un ambiente hostil que hace que la gente que está descontenta y desorientada prefiera irse a la derecha o pasar de la política. Y para cambiar las cosas necesitaremos el apoyo de esa gente, necesitaremos que se den las condiciones subjetivas para la revolución. Como dijo @Raskolnistan en su post “Lo que nos une” http://cort.as/2Xo0 , esto parece “La vida de Brian”, con su Frente Judaico Popular y su Frente Popular de Judea.

Va siendo hora de que nos importe más cambiar nuestro mundo que mantener una falsa pureza ideológica. Muchos comunistas ortodoxos que hoy adoran a Lenin, seguramente hace 90 años le habrían acusado de falso o traidor por instaurar la NEP.

Hay muchos ultraizquierdistas rabiosos que no parecen ser muy conscientes de que benefician a la derecha con sus comentarios. Creo que todo comunista debería pararse a pensar si lo que va a decir va a ser bueno o malo a la hora de conseguir que cada vez más gente apoye nuestra causa.