Hace poco leí en El País una noticia con este título. Esto
lo dijo el embajador estadounidense Richard A. Boucher, en un seminario sobre
la primavera árabe, en Marsella. ¿Por qué lo dijo? Aunque realmente lo piense,
¿no es raro que un embajador se muestre tan descuidado y maleducado? A la hora
de convertirse en embajador, ¿no hay filtros suficientes que aseguren que el
puesto lo va a ocupar alguien con un mínimo de decencia?
Este hombre es además secretario general adjunto de la OCDE.
¿No es la estabilidad financiera uno de los objetivos de este órgano?
Lo digo porque esta frase no ayuda mucho a la estabilidad
financiera. Pero, ahora que lo pienso, este embajador es de Estados Unidos. ¿Qué
cosa, eh? Puede que esto lo explique todo.
La frase es perfecta para minar la confianza de “los
mercados” en España. Me imagino los silogismos en su cerebro: “Digo esta frase,
disminuye la confianza, la prima de riesgo española sube más, se ennegrece el
futuro del Euro y, mágicamente, sube el Dólar. Seguro que mis colegas al otro
lado del mar me darán las gracias.”
En Estados Unidos interesa que España se hunda. Si esto
sucede, el Euro fracasa, y el Dólar recuperará su posición dominante, será de
nuevo el patrón mundial.
Ya lo están haciendo bastante bien por medio de las agencias
de calificación. Las americanas, las del oligopolio. Las mismas agencias que le
dieron una calificación máxima a las CDO (los productos financieros basados en
hipotecas basura y que generaron la crisis en EE.UU.), las mismas que le dieron
también una calificación muy buena a Lehman Brothers y a AIG poco antes de que
se desplomaran. Más recientemente (hace casi un año), EE.UU. estuvo a punto de
declararse en suspensión de pagos, teniendo la calificación máxima por parte de
Standard & Poors.
Las agencias se han equivocado mucho, ¿no? Qué raro, tan
raro como el embajador de la frase imprudente. Solo que de estas agencias ya es
bien sabido que están escandalosamente sujetas a intereses particulares. Basta
con saber que son los bancos de inversión los que pagan a las agencias para que
evalúen sus propios productos financieros. Imagina un anuncio: “las salchichas
marca Carrefour han sido elegidas producto del año por los expertos en
alimentación contratados por Carrefour”.
Y ahora nosotros tenemos que jurar obediencia a estas mismas
agencias de calificación. Muy bien. Todos asustados y atendiendo a unas
agencias que han demostrado ser un fraude. Rajoy obedece y hace los impopulares
recortes que le piden desde el norte, y la prima de riesgo sigue subiendo. ¿Algo
falla, no? A no ser que Rajoy planee utilizar el dinero recortado para comprar
a estas agencias, no me cuadra.
No me extraña que sean tantas las voces que piden una
agencia de calificación europea: PSOE, IU, ATTAC... una agencia transparente, sin estar sujeta a intereses
particulares. François Hollande ha prometido que conseguirá que se haga. Parece que va a
ganar las elecciones, a ver qué sucede. También hay propuestas de empresas, como la alemana Bertelsmann, para crear una.
Dejo un vídeo de una noticia de La Sexta, que muestra cómo unos abogados españoles quieren llevar a estas agencias a juicio (enlace de abajo del todo).
Me voy bailar flamenco, que se ha puesto de moda aquí, en
Asturias.