En este post voy a hablar sobre algunos rasgos llamativos del
sistema educativo cubano, basado en la información que recogí durante un viaje
a Cuba organizado este año por la Federación de Enseñanza de CCOO, viaje cuyo
objeto era que los afiliados/as conociésemos dicho sistema educativo. Durante
el viaje visitamos centros de infantil, primaria, secundaria, politécnico (FP)
y universidad. Quien organizaba las visitas a los centros era el sindicato
cubano SNTECD (Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, la Ciencia y
el Deporte). Los sindicalistas cubanos nos explicaban cómo funcionaba el
sindicato dentro de cada centro educativo y los docentes que nos recibían en
cada uno de ellos nos explicaban el funcionamiento de cada etapa.
No hablaré del funcionamiento del sindicato cubano (es
semejante al español pero los órganos y cargos difieren básicamente en el
nombre), sino que, como he dicho, hablaré del sistema educativo en sí. He de
empezar diciendo que hay varias similitudes con el sistema educativo español,
que considero innecesario mencionar. Me centraré en las diferencias del sistema
cubano con el español. Para acabar esta introducción, añadiré que el texto
puede resultar un poco anárquico y fragmentario, pero se debe al hecho de que
se basa en anotaciones que hice durante las explicaciones de los docentes
cubanos.
Empezaré hablando de los círculos infantiles, que es el
nombre que se le da en Cuba a las escuelas infantiles. En ellos se da la etapa
pre-escolar, en la que los alumnos permanecen entre los 1-5 años de edad. No es
una etapa obligatoria, los padres pueden educar a sus hijos en sus casas,
siguiendo el programa “Educa a tu hijo”, supervisado por el Estado.
En esta etapa las aulas son de unos 25 alumnos, y hay 3 ó 4
docentes por aula. Los cubanos dan mucha importancia a la educación infantil,
por considerarla una etapa crucial en la educación. De ahí que tengan a tantos
docentes por aula.
La enseñanza de la lectoescritura es gradual: en la etapa
pre-escolar se enseña a los niños y niñas a reconocer las letras, y ya en la
etapa primaria aprender a leer y escribir. Sobre la lectoescritura, cabe
destacar que dos años después de la Revolución (1959) ya se había alfabetizado
a toda la población del país, gracias al potente programa educativo del
gobierno revolucionario, que se aplicó con rapidez. Se construyeron nuevas
escuelas e incluso se convirtieron los antiguos cuarteles de la dictadura de
Batista en centros educativos.
La etapa primaria comprende 6 grados, de 1º a 6º (desde los
6 hasta los 11 años) y no hay diferencias relevantes respecto al sistema
educativo español, se estudian las mismas asignaturas, salvo que a lo que
llamamos “lengua” ellos lo llaman “español”.
La etapa secundaria incluye del 7º al 9º grado. Para poder
ser docente de secundaria, los estudiantes egresados de la Universidad deben
recibir dos años de formación pedagógica (mientras que en España el máster de
educación es de un año). Al inicio del curso, los docentes tienen a un
profesor/a más experimentado en su aula que supervisa su trabajo para corregir
errores y dar consejos. Después el docente ya trabaja solo. Son las llamadas “visitas
de ayuda pedagógica”.
Los docentes reciben aumentos de salario cuando sus alumnos
y alumnas sacan buenos resultados. Pero no pueden hacer la trampa de hacer
exámenes fáciles para que todo el mundo apruebe, ya que quienes ponen los
exámenes son los llamados “jefes de grado”, de los cuales hay uno por curso.
Cada uno pone los exámenes de su grado (7º, 8º y 9º).
En secundaria hay exámenes escritos pero también existen
exámenes orales, algo poco generalizado en España. También tienen técnicos de
laboratorio, que sirven para ayudar a los docentes de ciencias a hacer
prácticas de laboratorio.
Después de la secundaria, y para quienes quieran acceder a
la Universidad, viene el preuniversitario, que es de tres años. Es el
equivalente al bachillerato. En esta etapa se añade el marxismo al currículo, y
no existen optativas, tampoco en secundaria. Todo el alumnado da las mismas
asignaturas para de ese modo reciba una educación integral, tanto en
humanidades como en ciencias.
Su selectividad consta de tres exámenes: español, matemáticas
e historia de Cuba. Es la misma para todas las carreras universitarias.
Antes de pasar a hablar de la Universidad, hablaré del
politécnico, equivalente a nuestra Formación Profesional. Es de 4 años, lo cual
presenta la ventaja de que el alumnado sale con una formación más amplia, apta
para más puestos de trabajo.
En cuanto a la Universidad, la duración de las carreras es
semejante a la que teníamos en España antes del Plan Bolonia: todas las
carreras son de 5 años excepto medicina, que es de 6. Los planes de estudios se
deciden a nivel estatal en el Ministerio de Educación Superior, y participan
representantes de las universidades. Sucede lo mismo con las líneas de
investigación que se siguen (a destacar: nanotecnología, biomateriales, medicina
y medio ambiente), se deciden de manera centralizada en el mismo ministerio por
encuadrarse en una economía planificada, propia de los países socialistas. Como
logro de la Revolución, se ha conseguido pasar de tener 3 universidades en Cuba
antes de la misma a tener 67 en la actualidad. Varias de ellas tienen
acreditación de excelencia, y una de ellas lanzó la primera vacuna sintética
del mundo, contra la bacteria Haemophilus
influenzae.
Disponen de un programa semejante al Erasmus, pero se lleva
a cabo con otros países de América Latina y también con países de África. Antes de que se
derrumbase el campo socialista, también se hacía con otros países socialistas,
como la RDA (República Democrática Alemana).
Cabe mencionar la fuerza del movimiento estudiantil cubano.
La organización que representa a los estudiantes es la FEU (Federación
Estudiantil Universitaria, fundada en 1922), y tiene a representantes suyos en
la Asamblea Nacional del Poder Popular. Sobre esta asamblea, es el órgano equivalente
a nuestro Congreso de los Diputados, el órgano legislativo por el que tienen
que pasar todas las decisiones políticas, y está formado por diputados/as
propuestos por el pueblo cubano y votados democráticamente por el mismo. Lo
conforman miembros del Partido Comunista de Cuba y también miembros sin
partido.
Además, el Secretario General de la FEU está en el Consejo
de Estado, lo cual le da más fortaleza aún a la voz de los universitarios/as.
A nivel general, existe un “Plan Estatal de Atención
Especializada”, para prevenir y tratar problemas habituales en los docentes,
como es la faringitis. La pensión para los jubilados es de un 90% del salario
(para todos los trabajadores/as independientemente de su profesión). Los hombres
se jubilan a los 65 años y las mujeres a los 60.
Todas las etapas mencionadas, incluidas la infantil y la
universitaria, son gratuitas, incluidas las residencias estudiantiles. Sólo en
La Habana hay 6 de ellas. Esta gratuidad viene dada por la importancia que le da
el gobierno socialista a la educación como derecho fundamental. Y esa
importancia viene plasmada en los presupuestos: se gastan un 25% de los mismos
sólo en educación. Como dijo una trabajadora de la Universidad de la Habana, “queremos
que nuestros ciudadanos tomen posiciones desde el conocimiento”. Un pueblo
culto e instruido es un pueblo difícil de engañar.
Como comentario final, en la isla
tuve la ocasión de hablar con bastante gente, y tanto los defensores del
socialismo como los anticastristas coincidían en que el sistema educativo
cubano es de gran calidad (decían lo mismo del sistema sanitario). Agradecen haber
podido estudiar gratuitamente y están orgullosos de tener uno de los mejores
sistemas educativos del mundo.