El capitalismo ha sido ya muy criticado por consecuencias
que acarrea, tales como la pobreza, el imperialismo y la guerra.
Este texto no pretende llegar al corazón de nadie mediante
una descripción trágica de la miseria en el tercer mundo, la guerra y la destrucción.
No voy a hacer una crítica al capitalismo basada en sentimientos, sino una
crítica lógica, basada en el análisis del funcionamiento del mismo, una crítica parecida a la
que podría hacer un mecánico al motor de un coche que no funciona bien.
Esta crítica no es original mía, sino que trata de resumir
las contradicciones internas del capitalismo tal y como las analizó Marx, el
primero que analizó científicamente el sistema capitalista.
Las contradicciones principal del capitalismo, en palabras de Marx, es la siguiente:
El carácter cada vez
más social de las fuerzas productivas y el carácter cada vez más concentrado de
la propiedad privada capitalista de los medios de producción.
¿Qué son las fuerzas productivas? ¿Qué significa que son
cada vez más “sociales”?
Las fuerzas productivas son los elementos responsables de la
productividad del trabajo, que no son más que la fuerza de trabajo (es decir,
la energía productiva de clase trabajadora) y los medios de producción
(elementos no humanos implicados en la producción, tales como fábricas, herramientas,
ordenadores, cosechadoras, etc.). Es bastante evidente que estos elementos son
los responsables de la productividad de trabajo. Cuantos más trabajadores haya
y cuanto más avanzados son sus instrumentos de trabajo, más productividad
habrá.
Marx dice que las fuerzas productivas son cada vez más
“sociales”. Esto significa que aquello que se produce es el resultado de
procesos de trabajo que implican cada vez a más trabajadores y a más medios de
producción. Un ejemplo: antes, para hacer un par de zapatos, bastaba con un
zapatero, sus herramientas y cuero. Y para obtener cuero hacía falta una granja
con vacas y ganaderos.
Sin embargo, hoy en día para hacer zapatos participan muchos
más trabajadores, y muchas más ramas de la producción. Ahora no basta con una
ganadería y un zapatero. Las actuales fábricas de calzado son cadenas de
montaje en las que cada máquina hace una parte del zapato, y en las que hay
trabajadores especializados, cada uno de los cuales desempeña un papel
diferente debido a la complejidad de la fábrica. Hacen falta empresas de
etiquetado, que tienen también trabajadores especializados, y también es
necesaria la industria química, para los tintes del zapato. También es
necesario el concurso de otros tipos de trabajadores, como los de las centrales
eléctricas (el proceso en su totalidad necesita de energía eléctrica) y los
trabajadores del transporte, también esenciales en todo el proceso productivo y, por supuesto, de distribución.
Es decir, el proceso de trabajo es cada vez más colectivo,
más social. Esta tendencia del capitalismo es también llamada “socialización de
las fuerzas productivas”.
Pues bien, Marx decía que esta tendencia choca con otra
tendencia que se da en el capitalismo, que es que los medios de producción
están cada vez más concentrados en menos manos, en menos capitalistas.
Es decir, al mismo tiempo que el proceso productivo es más
social, más interdependiente, resultante de la acción combinada de más
trabajadores; la propiedad de los medios de producción está cada vez más
concentrada.
Los productos son cada vez “más de todos” en el sentido de
que, como trabajadores, prácticamente todos participamos en casi todo; pero la
propiedad es cada vez “más de unos pocos”.
Esta contradicción se agudiza cada vez más, las mencionadas
tendencias antagónicas siguen activas más de un siglo después de que Marx
hablase de ellas. La salida a esta contradicción pasa por la socialización de
los medios de producción. Es decir, si la producción es un acto cada vez más
social, la propiedad de los medios de producción debería ser también social, propiedad colectiva. De esta manera los
productos serían destinados al beneficio de toda la sociedad, y dejarían de ser
utilizados según los intereses de una minoría de capitalistas.
- "Los conceptos elementales del materialismo histórico" (Marta Harnecker).
- "17 contradicciones y el fin del capitalismo" (David Harvey).