Para quien no lo sepa, ayer hubo
un cierto enfrentamiento en Twitter, entre Alberto Garzón (diputado de IU) y Pablo Hasel (rapero con un mensaje revolucionario). El
primero dijo que las letras de las canciones del segundo estaban llenas de tópicos
y violencia gratuita. El segundo reaccionó atacando tanto al propio Alberto Garzón
como a IU, llamándolos traidores al pueblo, lameculos y socialdemócratas. Detrás
de él otros muchos aprovecharon para hacer lo mismo.
Yo aprovecho para opinar
sobre la utilidad de atacar constantemente a la socialdemocracia como si fuera
el enemigo. Como comunista rechazo el reformismo como método para alcanzar la
sociedad sin clases. Pero, también como tal, he de ser consciente de la
realidad en la que vivo y actuar en consecuencia.
Hace falta regresar al debate “Reforma
o Revolución”, título de la conocida obra de Rosa Luxemburgo. Esta mujer defendía
la revolución como único medio para lograr la sociedad sin clases, y
argumentaba sobre la imposibilidad de conseguirlo a través de reformas democráticas,
ya fueran conseguidas por partidos socialdemócratas o mediante la lucha
sindical. Según ella, estas reformas serían cambios superficiales, nunca podrían
acabar con la estructura capitalista.
En una ocasión dijo que la lucha
sindical era como El mito de Sísifo,
aquel hombre condenado a subir una gran roca a la cima de una montaña para
luego dejarla caer de nuevo hasta abajo, teniendo que bajar otra vez para
recogerla y repetir eternamente esa absurda tarea.
Obviamente los dirigentes
sindicales se cabrearon con ella y respondieron diciendo que su lucha no era
absurda, y que gracias a ella se van consiguiendo mejoras notables para los
trabajadores. Ella respondió que no quería decir que la lucha sindical fuera
absurda, pero que tenía sus límites. Para ella, la lucha sindical y la tarea
reformista tenían una utilidad, la de PONER EN EVIDENCIA AL SISTEMA CAPITALISTA,
que no permite conseguir la emancipación de los trabajadores dentro de su
legalidad.
Las políticas reformistas son por
tanto útiles para que los trabajadores se den cuenta de los límites que éstas
tienen, para que descubran que sólo mediante una revolución será posible abolir
las clases. La reforma laboral del año pasado da la razón a R. Luxemburgo: las
conquistas sociales logradas por los sindicatos a lo largo de décadas se fueron
por el retrete. Es igualito a El mito de
Sísifo, y debe servir para que nos demos cuenta de que la revolución es el único
camino.
Ese es el enfoque que yo
considero aplicable a la realidad española. Si ganase IU, creo yo que lo más
probable es que ocurriera una de estas dos cosas:
- Una reacción
fascista: si IU hace lo que promete la burguesía se verá amenazada, y
utilizará la fuerza para proteger sus intereses. Esta reacción
sería casi una certeza, igualito que lo ocurrido con Franco y Pinochet, por ejemplo.
Puede que no sea algo tan explícito como un golpe de estado, yo pienso que es más
probable que nos pongan a un tecnócrata o algún otro tipo de supresión democrática.
Si IU cancela parte de la deuda, es fácil que la coacción venga del poder
Europeo.
- Un PSOE-2:
si IU sigue con la sumisión a la Troika, mostrándose incoherente con su
discurso de izquierdas, la gente quedará decepcionada al no ver cambio
fundamental ninguno.
En ambos casos, el resultado sería
una pérdida de fe en la democracia parlamentaria. Mucha gente se pasará al
grupo de los que pasan de la política, y otros tantos a la derecha, pero mucha
otra gente verá en la revolución la única manera de lograr una sociedad hecha
para los trabajadores. No ataquemos a la socialdemocracia, dejemos que ella
misma demuestre a todo el mundo el fracaso que supone.
Este fracaso crearía hegemonía,
seguramente en mucha mayor medida de la que se pueda conseguir votando en
blanco o meternos en Twitter para insultarnos unos a los otros. Ir por ahí acusando
a la gente de vendida, revisionista, títere del sistema, trotskista, etc. sólo
crea un ambiente hostil que hace que la gente que está descontenta y
desorientada prefiera irse a la derecha o pasar de la política. Y para cambiar
las cosas necesitaremos el apoyo de esa gente, necesitaremos que se den las
condiciones subjetivas para la revolución. Como dijo @Raskolnistan en su post “Lo
que nos une” http://cort.as/2Xo0 , esto
parece “La vida de Brian”, con su Frente Judaico Popular y su Frente Popular de
Judea.
Va siendo hora de que nos importe
más cambiar nuestro mundo que mantener una falsa pureza ideológica. Muchos comunistas
ortodoxos que hoy adoran a Lenin, seguramente hace 90 años le habrían acusado
de falso o traidor por instaurar la NEP.
Hay muchos ultraizquierdistas
rabiosos que no parecen ser muy conscientes de que benefician a la derecha con
sus comentarios. Creo que todo comunista debería pararse a pensar si lo que va
a decir va a ser bueno o malo a la hora de conseguir que cada vez más gente apoye
nuestra causa.
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