Desgraciadamente los partidos
xenófobos son cada vez más fuertes e influyentes en Europa, partidos que, por
definición, se oponen a la inmigración. Un argumento que usan es que los
inmigrantes musulmanes son cada vez más y que son todos unos terroristas que
quieren que el islam se expanda por el mundo. A grandes rasgos.
Buena parte de la izquierda
española reacciona de la siguiente manera: dice que el islam es en realidad una
religión de paz y que los inmigrantes son inofensivos. Es cierto que la inmensa
mayoría de inmigrantes no suponen ninguna amenaza, pero decir que el islam es
una religión de paz es defender una religión y por tanto violar un principio
ilustrado tan básico como es el laicismo. Y, como veremos, también es mentir.
Algunos representantes de la
izquierda (no la mayoría, por fortuna) van a actos y a manifestaciones junto
con musulmanes que pretender vender su religión como algo bueno para la
sociedad. Estos representantes de la izquierda jamás defenderían el cristianismo,
sería impensable en España; pero no sé si por llevar un rollo multicultural van
por ahí haciéndose fotos con militantes del islam.
Estos izquierdistas dirán que es
que hay que luchar contra la islamofobia. Yo estoy de acuerdo siempre que la
definición de islamofobia sea algo así como “odio hacia las personas
musulmanas”. Pero lo que no acepto es que se llame islamófoba a una persona que
critique las costumbres o creencias asociadas al islam. Es perfectamente
concebible estar en contra del islam y no oponerse a la inmigración de personas
musulmanas.
Pues bien, lo que voy a analizar
ahora es si el islam realmente promueve la paz. Veremos que no es así, y cómo
en muchos casos es la mujer quien sufre más violencia.
Antes de empezar, señalaré el
aspecto más destacable del islam: la mayoría de musulmanes creen que el Corán
es la palabra LITERAL de Dios. Se cree que el Corán es Dios hablando, y que la
palabra de Dios es atemporal, en el sentido de que siempre ha existido.
Podríamos decir que el Corán es el mensaje literal, eterno e increado de Dios.
Esto no sucede así en el
cristianismo. Sí que es cierto que la Biblia se dice que es “la palabra de
Dios”, pero la mayoría de cristianos aceptan que en la Biblia hay alegorías, y
que Dios simplemente inspiraba a los autores a la hora de escribir la Biblia.
Pero el Corán no está inspirado
en un mensaje divino, sino que ES el mensaje divino, palabra por palabra. El
Corán se escribió, según la mayoría de creyentes, más o menos así: Alá dictaba
su mensaje a Mahoma, Mahoma lo recitaba tal cual y los secuaces de Mahoma
tomaban nota de todo lo que éste decía.
Creo que esto tiene que quedar
claro a la hora de entender que el Corán es mucho más sagrado para los
musulmanes de lo que la Biblia lo es para los cristianos o los judíos. Por
tanto, no vale decir que el Corán dice una cosa pero que el Islam actual
funciona de otra manera. Lo que marca qué acciones son “correctas” y cuales no
es el Corán, punto. Además, en el Islam no hay equivalente a un Papa que interprete
los textos sagrados y sentencie qué es correcto y qué no.
Si en el seno de una comunidad
musulmana dices que el Corán tiene imperfecciones, entonces estarás diciendo
que Dios es imperfecto, con lo cual estarías cometiendo una blasfemia.
Hubo una corriente del Islam (los
mutazilíes) que defendía que el Corán sí que había sido creado en el tiempo.
Fueron perseguidos y exterminados por ello. ¿Religión de paz? De momento parece
que no, y eso que todavía no he empezado a hablar de violencia.
Otro aspecto asociado al islam es
que para los musulmanes en general no se trata sólo de una religión, sino de
una forma de vida. Esto significa que la vida política y las leyes han de
concordar con el islam. La ley islámica, o sharia,
debe ser la ley del estado.
¿Cuál es la pena por la blasfemia
o por la apostasía? La muerte. Así lo estipula la ley islámica, y es una medida
que apoya entre el 30 y el 50% de los musulmanes. Condenar a muerte a alguien
por cuestionarse elementos de una religión me parece una salvajada. Que tú no
compartas una visión del mundo no hace daño a nadie, ni siquiera a ti mismo.
Seguimos. ¿Cuál es la pena por
adulterio? Pues 100 latigazos, que es una pena muy violenta. Se suele asociar
el islam a la lapidación de adúlteras, pero lo cierto es que esa norma pertenece
a la ley de Moisés, y es una costumbre que ha permanecido en muchos países
musulmanes a pesar de que el Corán explicita lo de los 100 latigazos.
Una costumbre terrorífica
asociada al islam es la ablación de clítoris (algunos lo llaman simplemente
ablación, como si la palabra “clítoris” fuera tabú. Deben de ser personas
religiosas o algo). Pero en realidad es una costumbre de muchas tribus de
África Oriental. Cuando el islam llegó a esta zona del mundo esta costumbre
permaneció.
Volviendo a elementos que sí
pertenecen al islam, la ley islámica estipula que la violencia doméstica no
justifica el divorcio. Si eres una mujer puedes pedir el divorcio si tu marido
te es infiel, si pierde sus facultades mentales, si se pasa 4 años fuera de
casa… Pero si te pega a diario pues te tienes que aguantar. Debe de
considerarse algo de lo más normal.
Más violencia y un poco más de
machismo: si una mujer acusa a un hombre de violación, tiene que presentar
cuatro testigos. Si no testifican a su favor cuatro personas, la mujer es
condenada a 80 azotes. Esto hace que muchas mujeres renuncien a denunciar las
violaciones que sufren, como se aprecia en la película iraní “El viajante” (muy
buena, por cierto). Aun encima las podrían acusar de adulterio. Resultado: 100
latigazos o morir apedreada.
Otro elemento que ya está
superado (salvo en países como Mauritania) pero que me parece importante
señalar es que la ley islámica considera lícita la esclavitud, siempre que el
esclavo no sea musulmán. En la Edad Media el Mediterráneo estaba lleno de
piratas musulmanes que secuestraban a cristianos para esclavizarlos o para
pedir luego un rescate por ellos. Y existe un debate sobre si los musulmanes
esclavizaron a más africanos que los colonizadores europeos. Una curiosidad: en
árabe, la palabra para esclavo, abd,
terminó por significar “negro”.
Pero entonces, si esclavizaron a
tantos africanos, ¿cómo es que apenas hay poblaciones negras en los países
árabes? Pues porque castraban a sus esclavos, con lo que no podían dejar
descendencia.
Quienes dicen que el islam es una
religión de paz suelen decir que el Corán incluye versos que exhortan a la paz
y a la tolerancia religiosa, y esto es cierto. Pero hay muchos más versos que
animan a aniquilar a infieles. El más famoso es el “verso de la espada”, que es
como sigue:
“cuando terminen los meses sagrados, matad a los idólatras donde los
encontréis. ¡Cogedlos! ¡Sitiadlos! ¡Preparadles toda clase de emboscadas! Si se
arrepienten, cumplen la plegaria y dan limosna, dejad libre su senda: Dios es
indulgente, misericordioso”.
Y no sólo hay muchos más versos
violentos que pacíficos, sino que además los versos pacíficos aparecen al
principio del Corán y los versos violentos después. ¿Por qué es esto
importante? Por la doctrina de la abrogación, la cual sostiene que, en caso de
versos contradictorios; prevalecen los versos posteriores. Es decir, los versos
posteriores abrogan (derogan) los anteriores. O sea, que los versos pacíficos
quedan anulados por los versos violentos por ser estos últimos posteriores en
el texto.
Hay quien dice que todo texto ha
de ser situado en su contexto, y Mahoma vivió muchas guerras en las que luchaba
por su hegemonía y la de su religión, por eso la imagen de Dios se hizo
violenta. Pero claro, si el Corán es increado y eterno, pues su contenido es
válido para todas las épocas.
También se puede analizar la
historia y ver una clara asociación entre el Islam y los conflictos armados. He
aquí una lista esquemática de conflictos del pasado reciente y presentes:
-
- Chechenos musulmanes contra rusos cristianos.
-
- Pakistaníes musulmanes contra indios hindúes.
-
- Musulmanes del norte de Sudán contra cristianos
y animistas del sur de Sudán.
-
- Musulmanes del norte de Nigeria contra sureños
cristianos.
-
- Bosnios musulmanes contra serbios cristianos.
Es cierto que también hay
enfrentamientos entre grupos humanos que obedecen a otros criterios, pero si
nos centramos sólo en la religión, es difícil encontrar conflictos armados
entre cristianos y judíos, entre hinduistas y budistas, o cualquier otra
combinación.
Por lo general veo miedo a
criticar el Islam, no porque se te echen encima los musulmanes, sino porque es
la izquierda multicultural la que se te echa encima para llamarte “islamófobo”,
“fascista” o algo por el estilo. Curiosamente, hay incluso feministas de la
tercera oleada que van diciendo que no hay que criticar al Islam, que existe un
“feminismo islámico” (esto existe) que tiene su lucha y que no hay que
intervenir, no vaya a ser que se ofendan o que nos llamen paternalistas.
O la izquierda vuelve a sus
raíces, recuperando el laicismo y rechazando el relativismo cultural, o mal nos
irá a la hora de mejorar esta sociedad.
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