cabecero4

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miércoles, 27 de octubre de 2021

ASIA CENTRAL: EL CULO DEL MUNDO EN EL CENTRO DEL MUNDO


Asia Central es un área que abarca unas zonas u otras según se usen unos u otros criterios geográficos o étnicos, pero tomaremos la definición de la ONU, que define a esta subregión como el área total abarcada por las 5 siguientes repúblicas de la antigua Unión Soviética: Kazajistán, Turkmenistán, Uzbekistán, Tayikistán y Kirguistán. La gran mayoría de occidentales no sabríamos localizar a estos países en el mapa, y parece que lo que suceda en ellos ni nos va ni nos viene. Sin embargo, esta área está en el centro del mundo. Y, nos guste o no, la geografía cuenta.

Ya en 1839 el teniente Arthur Conolly acuñó el término “Gran Juego” al referirse a la pugna entre los imperios ruso y británico por dominar esta zona del mundo. En 1904, el geógrafo Halford MacKinder, padre de la geopolítica; realizó una célebre conferencia llamada “El pivote geográfico de la historia”, en la que hablaba de la importancia geoestratégica de Asia Central. Según MacKinder, si Rusia se anexionara dicha zona, estaría dominando la llamada “tierra-corazón”, o “heartland” (así llamaba el autor a esta gran suma de territorio que aglutina a Rusia y a Asia Central), y estaría en posición de dominar Eurasia y el mundo.

Gran parte de la importancia geoestratégica de esta región se debe a que conecta Asia y Europa, de hecho la antigua Ruta de la Seda pasaba por ahí, lo cual hizo que en dicha zona floreciesen ciudades como Samarcanda, Bujará o Merv. Fue una zona estratégica en la que hubo diferentes imperios: el persa, el macedonio, el mongol, el omeya, el turco, el timúrida…

Pero al factor geográfico se unen otros factores a considerar. En Asia Central hay grandes y muy diversos recursos minerales, destacando la extracción de uranio en Kazajistán. De hecho, estas explotaciones son una de las grandes apuestas para el desarrollo futuro del país.

Aunque en cuanto a recursos, lo que será más determinante a medio y largo plazo será la cuestión de los hidrocarburos. En Asia Central y en el Mar Caspio hay una gran cantidad de petróleo y gas, y hay quien considera seriamente que esta zona del mundo podría ser el sustituto perfecto del Golfo Pérsico.

Y esta zona no sólo es fuente de hidrocarburos, sino también zona de paso de los mismos. Los oleoductos y gasoductos son una cuestión de primer orden en geopolítica. País por el que pasan los ductos, país que obtiene ganancias, inversiones y sobre todo influencia, dado que existe la posibilidad de cerrar el grifo (como podría hacer Rusia con Europa).

Por ejemplo, Turkmenistán quiere instalar un gasoducto que llegue a Europa a través del Mar Caspio, lo cual irrita bastante a Rusia e Irán, países por los que dejaría de circular el preciado gas si este proyecto llega a buen término. El proyecto está casi acabado, y a la UE está muy interesada en depender menos de Rusia, y no parece importarle tener que negociar con Azerbaiyán a pesar de las violaciones de derechos humanos que se dan en el país. Pero claro, el ducto atravesaría el país caucásico de este a oeste, y algo tendrá que decir al respecto.

Asia Central es una de las zonas de fricción entre China y Rusia (sí, hay fricciones entre ambas potencias, no todo el antagonismo lo tienen con EEUU, sino también entre ellos). Ambos países quieren expandir su influencia en la región. Rusia quiere tener presencia militar, en principio para protegerse del yihadismo. China, en cambio, ha apostado por la inversión económica en las repúblicas centroasiáticas como medio para lograr estabilidad y fortalecer su propia influencia en la zona. Y además, China quiere reducir su dependencia del Golfo Pérsico, dado que se trata de una vulnerabilidad estratégica. No tiene capacidad para garantizar las rutas marítimas del Golfo en caso de problemas con EEUU.

El yihadismo es un elemento que podría desestabilizar la zona en cualquier momento, lo cual arruina cualquier predicción sobre el futuro de la región. Por Asia Central circularán cada vez más mercancías debido al megaproyecto Chino de la Franja y la Ruta (la llamada Nueva Ruta de la Seda), que ambiciona conectar toda Eurasia desde el punto de vista económico y comercial.

Y EEUU podría verse tentada a entrenar, financiar y apoyar a yihadistas para reventar dicho proyecto chino. No sería la primera vez que juega así de sucio, como es bien sabido. Ahora mismo están simpatizando con los musulmanes uigures del noroeste de China, zona vital para la mencionada Nueva Ruta de la Seda. Sin embargo, a EEUU tampoco le conviene prender fuego a Asia Central, puesto que podría darse un escenario de colaboración militar entre sus rivales China y Rusia, escenario poco favorable para EEUU.

Uzbekistán es la república centroasiática en la que está más caliente la cuestión yihadista. Hay pobreza extrema, marginación social y otros factores que pueden avivar el fuego del terrorismo islámico. Por si fuera poco, hace frontera con Afganistán, lo que puede generar un trasiego descontrolado de terroristas. El grupo fundamentalista más relevante en el país es el Movimiento Islámico de Uzbekistán (MIU), que aspira a la construcción de un Califato en toda la región. En cualquier caso, la tónica general en las 5 repúblicas es tener muy controlados a los grupos islámicos, incluso prohibiéndoles meterse en política. No quieren que les pase como a Irán o Afganistán.

Este artículo trata de hacer ver que Asia Central puede pasar de ser aquella olvidada zona del mundo a ser un hervidero de conflictos. Y aunque dentro de un siglo la cuestión de los hidrocarburos pueda carecer de importancia, su situación geográfica seguirá siendo la misma, y por lo tanto su importancia estratégica en el contexto euroasiático seguirá siendo vital.